
¿Qué es?
El fracaso escolar responde a las dificultades del alumnado para alcanzar los objetivos marcados por el sistema educativo. No se trata solo de una diferencia en el rendimiento académico del alumno: el sistema a menudo no es capaz de adaptarse a sus necesidades. Este fenómeno perjudica al sistema educativo a todos los niveles y también a la calidad educativa que se ofrece a los alumnos.
El fracaso escolar se puede relacionar con el absentismo escolar. El absentismo puede tener varios matices, desde faltar a las primeras horas de clase o puntualmente algunos días u horas, hasta el absentismo crónico, que puede acabar en abandono escolar
¿Cómo lo detecto?
Entre los factores que pueden precipitar la aparición del fracaso escolar en el alumno podemos destacar: aspectos relativos al nivel de maduración psiquico-física del alumno, trastornos específicos del desarrollo, trastornos de aprendizaje, falta de concentración (que puede ir ligada a la falta de atención), falta de motivación, trastornos del aprendizaje (dislexia, etc.), depresión, una repetición de curso, entre otras. Cada caso responde a unas circunstancias concretas que pueden explicar la raíz o causa del problema.
El absentismo escolar puede tener sus inicios durante la primaria y puede estar asociado a muchos factores, incluyendo también condiciones sociales y familiares como el nivel socioeconómico, etnia o lenguaje minoritario, familia desestructurada o presencia de conductas de riesgo social en la familia.
¿Cómo actúo?
Ante el absentismo escolar, no basta con aplicar políticas de asistencia muy severas, ya que pueden tener efectos negativos sobre el alumno y alejarle fuera del sistema. No se trata solo de una falta de disciplina, sino que es un problema del propio sistema y modelo educativo. El trabajo debe ser conjunto entre escuela, profesores, familia y alumnos. Es necesario disponer de planes de convivencia y de apoyo para el alumnado en riesgo.
Prevenir el fracaso escolar también necesita una cultura que implique y comprometa a padres, profesores y al propio colegio. Se recomienda consultar a un profesional: tener un diagnóstico preciso del caso en cuestión y crear un programa correctivo que sea estimulante, motivador y personalizado es fundamental.
Referencias